Luis: Viendo las imágenes que has presentado de tu trabajo siento que hay en él una relación muy estrecha con la representación del martirio en el arte religioso católico. ¿Cómo ves tu obra en relación a la representación de la experiencia sagrada en nuestra cultura católica?
Regina: Para ser honesta yo no se ni entiendo mucho de religión. Ya sea catolicismo o cristianismo es algo muy lejano en mi vida consciente. Fui bautizada en la religión católica e inclusive hice mi primera comunión, pero en la casa de mis padres jamás nos obligaron a creer en algo, ni en imágenes, ni en santos, ni en milagros. Mi padre ha sido siempre un eterno buscador y en esa búsqueda pasó por algunas iglesias. Durante un tiempo asistió al templo de Sai Baba y nos llevo algunas veces, pero tengo a penas memoria de ello. Luego asistió a una iglesia cristiana y se la creyó un tiempo, pero gracias a dios (jeje) se dio cuenta del engaño y lo dejó.
Tengo un hermano que es una eminencia, filósofo y con una gran inquietud por la búsqueda de la verdad y el conocimiento por lo que gracias a él y a mi padre, mi casa estuvo siempre repleta de todo tipo de libros esotéricos. Algunos los leí, muchos los tengo pendientes como los libros de Isis sin Velo…
De las cosas más valiosas que me enseñó mi padre, fue en no creer en la iglesia como organismo, como institución. En admirar a los iniciados como Buda, Krishna, Jesús. Tengo poco conocimiento real, pero tengo la herencia de pensar libre, de saber que la religión es un invento y un sistema para manipular al ser humano, a veces puede ser una ayuda, un apoyo pero en la medida en que uno se sepa libre y sea consecuente con su propia vida y su propia verdad. (Hablando acá no solo de esta vida sino las que nos anteceden).
A mi me parece que mis imágenes remiten más directamente al sufrimiento real, al cotidiano, al martirio (si se quiere llamar así) del ser humano en su día a día viviendo en este mundo de mierda, de opresión, de jerarquías y poder.
En algunos casos, o en muchos, sí tengo un referente directo y consciente hacia ciertas imágenes o cierta iconografía que utiliza la cultura católica, pero ha sido resultado de una investigación en pro de la imagen que deseaba construir. Por ejemplo, en el caso de El Peso de la Sangre, tomo como elemento la gota de sangre cayendo sobre mi cabeza, de la misma forma que la gota de agua caía sobre el cuerpo de las monjas torturadas. Acá la utilización de este elemento es racional e intencional, ya que me parecía que se construía una imagen fácil de entender para el observador. El título mismo aludía a ese peso, al peso de la culpa… de haber nacido acá, de ver lo que día a día sucede, de formar parte de este absurdo en donde se desperdicia tanta sangre.
Igualmente en el caso de Cepo, en donde estuve sostenida por este aparato 12 horas consecutivas en un pequeño patio que daba al muro trasero de la prisión más antigua de Roma. También en Limpieza Social, en donde, para referirme a una situación muy actual, recurro al agua y a la limpieza obsesiva de un cuerpo. Esto para citarte algunos ejemplos.
Todo esto evidencie que aunque yo conscientemente me siento libre de cualquier atadura religiosa, en el fondo, toda esta imaginería quizás me acompaña ya que de una u otra forma me ha construido. Talvez no de forma directa, pero sí debido a un contexto más abierto como lo es mi sociedad cercana que cree firmemente en la voluntad de dios, en que él sabe lo que hace, en qué todo lo ve.
Luis: Hay en varias de tus acciones una búsqueda del límite, un intento controlado de rozar el espacio de muerte, el borde del desfallecimiento consciente, proyectando una imagen cercana a lo extático. Siento que en tu trabajo hay una búsqueda del espacio erótico. ¿Cómo te sientes respecto a esto?
Regina: Hay que pensar acá que cada quién tiene sus propios límites y lo que para otros puede ser una experiencia cercana a la muerte, para mi sea simplemente un ejercicio de dominio o control corporal.
Yo veo la muerte como algo lejano, no me he acercado a ella más que una sola vez en mi vida y fue a causa de un terrible accidente que tuve en automóvil mientras estaba embarazada de 6 meses de mi hija Isla. Esa vez lo sentí cerca, le temí. Fue real.
Yo trabajo generando imágenes que hablen de la muerte, que sean un reflejo de ella. Cómo se vería, cómo sería… pero son imágenes y allí se quedan. Quizás el espectador tenga una experiencia más cercana a la muerte al ver mi cuerpo tendido, que yo misma al estar sedada, ya que para mi es simplemente el resultado de estudiar bien cómo fabricar la imagen y obviamente un efecto médico, versus que para el otro es un cuerpo vivo pero al mismo tiempo sin vida.
Algo que si me parece certero, es que en muchos proyectos he trabajado con un espacio límite, (para mi como te decía no es un límite entre muerte y vida ya que a mi entender es límite no existe o se esta vivo o muerto), un espacio en donde el cuerpo está sin estar. Ya sea inconsciente, o inmóvil o paralizado de alguna manera. Y pensándolo y repensándolo me doy cuenta que esta fue una imagen muy cercana a lo largo de toda mi vida. Tengo la imagen de mi madre, que durante toda mi infancia tuvo episodios de depresión fulminante en donde estaba sin estar, o bien con un ataque de migraña que la tumbaba durante horas, días sin hablar, sin hacer ningún gesto. La recuerdo sentada en una silla al lado del refrigerador, escondida de algo que nunca terminé de entender, inaccesible para nosotros….
Ahora bien, sobre el espacio erótico, me parece que es algo que debo repensar y estudiar. Yo nunca he visto ese lado erótico en mi trabajo, pero es interesante que alguien más lo encuentre.
Luis: ¿Qué valor le das al sonido en tu obra, al producido por el balbuceo, el ahogo, o el silencio prolongado y las pisadas silenciosas?
Regina: Le doy un valor altísimo. Bueno dependiendo del proyecto. Pero en la mayoría el sonido o la falta de, esta presente. Yo trato de pensar en todos los detalles que una acción pueda generar. En el caso de Cabecita Negra yo tenía previsto el sonido de la herramienta contra la madera, sabía que el sonido iba a envolverlo todo e iba a ser hermoso.
Luis: Tu búsqueda de voluntarios hombres en varias de tus acciones hacen patente la agresión, que resistes y registras. ¿Cuando buscas una figura masculina (imagen paterna) para agredirte, qué es lo que estas buscando o deseas transmitir?
Regina: Puedo decir conscientemente que la presencia de hombres en mis trabajos no se debe a un trauma o una herida no curada con respecto a mi padre. Mi padre es un ser con el cual ya he hecho las paces. El fue un cabrón pero lo reconozco y él lo reconoce también. En un momento fue importante y crucial en mi vida esta aceptación para así poder seguir en mi camino de crecimiento individual, ya sin esas ataduras y esos pesos del pasado.
Los golpes que él pudo haber propiciado, la violencia que él pudo haber ejercido dentro de mi familia serán su eterno error, él carga con ello todos los días y quizás lo seguirá haciendo un par de vidas más pero yo no tengo ya nada que recriminarle porque he entendido que todo lo negativo que sucedió fue una consecuencia del amor. Amor enfermizo, patológico… quizás, pero amor al final. (me gusto mucho la lectura de qué hablamos cuando hablamos de amor porque es algo que yo muchas veces he pensado, en todas las caras que puede tener el amor, son tantas, son tan incomprensibles… pero son lo que son y son parte de un todo).
Al trabajar con hombres lo hago porque intento con cada acción ACERCAME lo más posible a la realidad. Y son los hombres quienes en la realidad han ocupado esos lugares de victimarios. A ellos les ha tocado jugar el papel de violadores, asesinos, torturadores…. recordá también de dónde vengo. Vengo de Guatemala: acá todavía, los hombres juegan con gusto ese papel.
Yo no tengo problemas solamente con la imagen de mi padre violento. Tengo problemas con la imagen de los cientos y cientos de hombres violentos. De mi amigo que borracho me empujo al piso y me dio dos patadas. Del hombre escupiendo a una mujer públicamente en una calle de Turquía. Del marero que confiesa haber violado a una niña de 4 años. Del director de migración que me pide 500 dólares para no dejar a mi amiga dominicana en el aeropuerto toda la noche, con el aviso de que «usted ya sabe lo que le puede pasar a su amiga». Tengo problemas con los hombres que nos dicen putas, con los compañeros que nos llaman feministas mal cogidas.
En fin… en resumidas cuentas, mi padre es culpable pero está ya cumpliendo su condena. Cuando utilizo otros hombres no lo hago con la intención de reflejarlo a él. No, el mundo está repleto de bestias y es sobre estas bestias las que me interesa hablar.
Mi padre es solamente el resultado de esta sociedad. A él lo educó una mujer y lo educó mal. Así que posiblemente tengo más problemas con la figura borrosa de mi abuela paterna quien fue la responsable de crear y criar a un hombre con tantos miedos e inseguridades.
Tengo problemas con las sociedades más que un ser humano.
Luis: El agua, presente en algunas de tus acciones, amenaza y asfixia. ¿Le otorgas un valor simbólico particular a este elemento que históricamente ha tenido una relación con la vida, con el renacer y con la limpieza cuidadosa?
Regina:El agua la he visto como un elemento más. Pero un elemento que es vida y como tal tiene múltiples significados y significantes. El agua es principio, es dolor, es final. El agua somos nosotros en nuestro interior y es nuestro contexto. Es nuestro cielo y la única forma de apaciguar los infiernos. (hablando de religión, je je)
Luis: En el registro fotográfico de tus acciones tu te muestras más con los ojos cerrados que abiertos, (viajar con ojos vendados, estando sedada y dormida, desfallecida frente a un choque eléctrico por un breve tiempo, proyectando imágenes sobre tu cuerpo con los ojos vendados) usualmente tu mirada no confronta, y tus ojos cerrados aparecen constantemente en las imágenes que te representan. Hay una entrega a la mirada del otro, una entrega que es también un deseo de ser vista sin ver. ¿Qué significado tiene para ti, tu mirada y la forma en que la niegas? ¿Crees que al sentirte/saberte vista tú te construyes de alguna forma?
Regina: Tú sabes que los ojos son la mirada interior porque lo has trabajado y estudiado mejor que nadie. Cuando yo hago una pieza veo mi cuerpo como mi herramienta, mi lienzo… pero no me interesa que mi cuerpo cuente mi historia personal sino sea un reflejo de un cuerpo colectivo; por lo que es importante este alejamiento. Si veo a los ojos al público corro el riesgo de que él público me vea a mí, «Regina» y no vea un cuerpo que puede ser cualquier cuerpo y el cuerpo de todos.
Yo no quiero confrontar a nadie. Quiero que las imágenes o acciones que se fabrican con o sin mi cuerpo, lo hagan.
En mis acciones, yo no soy yo. Lo que tu ves, lo que la gente ve es mi cuerpo, hacia afuera, no hacia dentro. Si me topo con una mirada corro el riesgo de asumirme, de sentirme y debo ser fría y estar lo más alejada posible para resistir.