Una pieza de arte es el resultado de un proceso de pensamiento, la “punta del iceberg” como dijo RES, en una charla con jóvenes creadores de diferentes disciplinas que estamos llevando a cabo en el CCEC desde el proyecto D/C. Entonces una colección de piezas de arte en realidad está “recopilando pensamientos”. He oído a críticos importantes decir que si esta recopilación mantiene una coherencia (así como el proceso debe mantener con la obra), puede llamarse como tal, y da una identificación a la institución o al privado que adquieren dichas obras. Por eso es importante contar con un asesor o al menos tener sentido común y experiencia. En D/C coleccionamos diálogos, no importa el soporte o disciplina que coteje, si es o no un objeto, un escrito, una acción, etc. nos interesa el documento de la experiencia de confrontación y elaboración del concepto pedido: reconocer o determinar una demolición y a partir de ese acto construir algo nuevo, con las herramientas que sean… D/C es el testigo y testimonio, el “lugar mental” donde se reúnen autores para pensar en voz alta a través de su trabajo y ésto es documentado.
Al comprar como parte del proyecto la pieza “cuerpo en venta” de Soledad Sánchez Goldar, la intención es crear un nuevo diálogo sobre los temas ya propuestos, incluso por la misma autora.
“El dinero da poder” es una frase construida, para demolerla Soledad diseña esta obra y es responsable por la acción que propuso, de ninguna manera acepto que comprarla tenga que ver con hacernos cargo de la marca que tendrá de por vida en su cuerpo, tiene que ver con que esa “marca” ya es llevada, portada por ella desde antes, ahora decide “representarla” en el mismo lienzo que viene usando en los últimos años: su cuerpo. D/C paga para que se abra al diálogo, la pieza que propone presenta una clara concordancia con el requerimiento de determinar una demolición: “la esclavitud que genera la necesidad de dinero”. La construcción se produce en este caso por el rango de testimonio en su tiempo y lugar, al plantearlo en dicha feria. Por esta razón era necesario comprar y que se concretara el deseo de la autora: dar a conocer su fragilidad ante el mercado del arte (lo que no quiere decir que esto le impida hacer su obra como ella considera apropiada) y si nos tomamos la molestia de ir bajo agua, podremos obtener más información sobre el glaciar de donde este iceberg se desprendió para intentar tomar control de su propio camino a través de la acción y otros soportes.
Ahora estas marcas, lo que estos puntos rojos representan, se hicieron disponibles para ser pensadas. (no es poco lo que hemos comprado!)
Todo acto realizado es una marca de por vida, más o menos visible…
El artista al hacer de esto su medio de conocimiento y aprehensión de la realidad, opta por hacerlos visibles en el lugar que considere necesario, piensa y elige el soporte adecuado: entonces, sin duda construye una obra que merece ser respetada ya que nos proporciona nada menos que: un espejo (asible con lo que el espectador o el mercado puedan tomar para sí y completar su sentido).
Graciela De Oliveira
fotografías Sandra Siviero
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extractos de LO QUE SE DIJO EN LOS MEDIOS:
Opinión a la inauguración de ArteBA, por Mariana Oybin
“Puedo dar una vuelta en bici?, pregunta una mujer. «¡Quién lo diría: pedalear en arteBA!» Se la ve feliz con la propuesta que ofrece Bicicleta Costa Duchamp, de la galería Henrique Faría de Caracas. Y ahí nomás se sube a una de las treinta bicicletas diseñadas por Eduardo Costa, artista de la camada del Di Tella, que ideó la performance-instalación en 1979, a partir de la rueda Duchampiana. Muchos se suman con satisfacción y se convierten en protagonistas de la obra.
Y no es todo. En la Galería Animal, Soledad Sánchez ofrece a la venta su propio cuerpo. Sí, nada menos. La artista transforma su piel en un lienzo, en el que se tatúan pequeños círculos rojos, como los que utilizan las galerías para señalar las obras vendidas. Quien quiera que la tatúen, tendrá que pagar 1.000 dólares. ¿Qué compra? El simbólico acto de participar en la performance. «La obra -dice la artista, que actualmente vive en Córdoba- habla del mercado del arte, del poder del dinero, y del poder que ejerce una persona sobre otra». Y se pregunta: «¿Alguien compraría una idea? ¿Quién puede adquirir una pieza que no puede llevarse a su casa, que no puede exhibir ni re vender?». Por ahora, nadie compró la intangible obra: «A mucha gente le da impresión pagar para que me hagan una marca en el cuerpo», dice. Veremos si alguien se anima…”
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Fotografía de Ilze Petrone
opinión: VERÓNICA MOLAS:
Juan Pablo es un excelente cantante!!!